viernes, 10 de junio de 2011



Hay una gran variedad de pescados para incluir en nuestras dietas: salmón, sardina, caballa, arenque, pez espada… Todos ellos son saludables y nutritivos, dado que nos aportan vitaminas, proteínas, minerales, grasas insaturadas y ácido graso Omega-3, un nutriente fundamental para el organismo que se encuentra fundamentalmente en el pescado.
Conoce a continuación qué nutrientes tiene el pescado, y los beneficios que estos aportan para tu salud.
Proteínas. El pescado ofrece una gran cantidad de proteínas, esenciales para la reparación de los tejidos.
Vitaminas. Nos aporta vitamina A, que es importante para nuestra piel, cabello y ojos; vitamina B, esencial para transportar energía a las células y el tejido nervioso; y vitamina D, para nuestros huesos y dientes.
Minerales. Entre ellos, el calcio, fluor, yodo, magnesio y zinc, todos ellos esenciales para nuestros huesos, dientes, y regular el metabolismo.
Grasas. El pescado es rico en grasas insaturadas, es decir, las grasas buenas. Estas ayudan a reducir el nivel de colesterol en sangre, protegiéndonos de las enfermedades del corazón. Los pescados que más grasas insaturadas nos aportan son la caballa, la sardina, el arenque y pez espada.
Omega 3. El pescado es uno de los
que más nos provee ácido graso omega-3, esencial para la salud cardiovascular, pues reduce la presión arterial y la obstrucción de los vasos sanguíneos: se dice que quienes comen pescado 2 veces a la semana tienen menos riesgos de sufrir un accidente cerebrocardiovascular. Además, el omega-3 nos protege contra el cáncer, alivia la artritis reumatoide y trastonos de la piel, como la psoriasis, y es bueno para el cerebro y los nervios.
Ahora que sabes qué nutrientes tiene el pescado… ¿Le darás una oportunidad?

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La depresión aumenta los niveles de cortisol, disparador de obesidad en las niñas.

De acuerdo con una investigación en la edición reciente del Journal of Adolescent Health, la depresión aumenta los niveles de la hormona del estrés en los adolescentes, tanto hombres como mujeres, pero puede conducir a la obesidad sólo en las mujeres adolescentes. Los autores del estudio sugieren que el tratamiento temprano de la depresión podría ayudar a reducir el estrés y controlar la obesidad.
La hormona cortisol regula diversas funciones metabólicas en el cuerpo y se libera como una reacción al estrés. Los investigadores han sabido por mucho tiempo que la depresión y el cortisol se relacionan con la obesidad, pero no habían descubierto el mecanismo biológico exacto.
Aunque no está claro por qué las reacciones de un alto nivel de cortisol se traducen en obesidad sólo para las niñas, los científicos creen que puede deberse a las diferencias fisiológicas y de comportamiento - la liberación de estrógeno y el estrés de comer en las niñas - en la forma en que ambos sexos hacen frente a la ansiedad.
Los investigadores utilizaron una lista de verificación de los síntomas de la depresión para evaluar el comportamiento de 111 niños y niñas entre 8 a 13 años. Luego midieron la obesidad de los niños y las niñas, así como el nivel de cortisol en la saliva antes y después de varias pruebas de estrés.El análisis estadístico de los datos sugieren que la depresión se asocia con picos en los niveles de cortisol para los niños y niñas después de las pruebas de estrés, pero las más altas reacciones de cortisol al estrés están asociadas con la obesidad sólo en las niñas."Esta es la primera vez que la reactividad del cortisol se ha identificado como un mediador entre la depresión y la obesidad en las niñas", dijo Elizabeth J. Susman, profesora de salud bioconductual en Penn State. "Realmente no hemos visto esta relación en los niños, aunque nos indica que hay factores de riesgo biológicos que son similares para la obesidad y la depresión."
"Sabemos que el estrés es un factor crítico en muchos problemas de salud mental y física", dijo Susman. "Estamos armando la biología del estrés, las emociones y un trastorno clínico para comprender mejor un problema importante de salud pública."

http://www.nutricion.cr/
















Obesidad en niños

significa tener demasiada grasa en el cuerpo. Se diferencia del sobrepeso, que significa pesar demasiado. Ambos términos significan que el peso de una persona está por encima de lo que se considera saludable según su estatura. Los niños crecen a distintas velocidades, de modo que no siempre es fácil saber cuando un niño está obeso o excede el peso normal. Solicítele a su médico que mida la estatura y el peso de su hijo para determinar si se encuentra dentro de lo que se considera saludable.
En caso de ser necesario apegarse a un programa para bajar de peso, haga participar a toda la familia en los hábitos sanos, de modo que el niño no se sienta apartado. Puede fomentar el consumo de los alimentos sanos sirviendo más frutas y vegetales y comprando menos bebidas gaseosas y bocadillos de alto contenido en grasas y calorías. La actividad física también puede ayudar al niño a superar la obesidad o a sobrepasar su peso normal. Los niños necesitan aproximadamente 60 minutos diarios de actividades físicas.









Beneficios de la Lactancia Materna

La leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido. No sólo por su composición, sino también por el vínculo afectivo que se establece entre la madre y su bebé durante el acto de amamantar. En razón de que contiene todo lo que el niño necesita durante sus primeros meses de vida, la leche materna protege al bebé frente a muchas enfermedades tales como catarros, neumonía, diarreas, otitis, infecciones de orina, e incluso, prevenir otras patologías futuras como asma, alergias, obesidad, etc

No obstante, la leche materna no sólo es buena para el pequeño, sino también para la madre. Las mujeres que amamantan a sus hijos pierden el
peso ganado durante el embarazo más rápidamente, y difícilmente padecerán anemia, hipertensión y depresión posparto.

Ventajas de la lactancia materna Una de las ventajas de la lactancia materna, es que amamantar al bebé hace que la madre pierda peso más rápidamente, ya que mucha energía procedente de las grasas que se ha ido adquiriendo durante el embarazo.Añadiendo aún más ventajas, se puede decir que la leche materna es un alimento ecológico. No se fabrica, no se envasa ni se transporta, evitando así el gasto de energía y la contaminación del medio ambiente. Para la familia es un gran ahorro. La leche materna no constituye un gasto económico y sobre todo, es la mejor forma de alimentación para el bebé.Por todas estas razones y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP), el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría recomienda la alimentación exclusiva al pecho durante los primeros
6 meses de la vida del niño y continuar el amamantamiento junto con las comidas complementarias adecuadas hasta los 2 años de edad o más.

Dar el pechoCuanto antes mejor. Es importante que al niño se le ofrezca el pecho en la primera media hora tras el
parto. Después de la primera toma, el recién nacido suele quedarse dormido unas horas. También es importante no limitar el tiempo de las tomas, sólo el niño sabe cuando está satisfecho. Durante este tiempo, es recomendable que el bebé se quede junto a su mamá para que se estimule el contacto piel con piel entre ambos. Así, puede ofrecerse el pecho tan pronto como se observe que el niño está dispuesto a mamar, y no solamente cuando llore. El llanto es un signo tardío de hambre. No se debe olvidar que un recién nacido sano no necesita más líquidos que los que obtiene de la leche de su madre, y por ello, no es necesario ni recomendable ofrecer agua ni soluciones de suero con glucosa. Antes de darle "suplementos" o cualquier alimento distinto de la leche materna es conveniente consultar con el pediatra.